La cultura digital nos “invade”. Casi todo tiene o tendrá un aspecto o tratamiento digital. Así, sus diferentes vertientes son habituales en nuestro día a día, tenemos una economía cada vez más digital, una educación digital, una sanidad digital… Se va generalizando el uso de nuevas herramientas en nuestras vidas y eso que, paradójicamente, aún se encuentran en los albores de desarrollar todo su potencial.
La cultura digital es algo que está aquí y que, tarde o temprano, todos y en todos los escenarios estaremos obligados a asumirla, entenderla y utilizarla para tener una mayor calidad de vida. Es, por todo ello, lo que me preocupa.
De forma muy reciente en España se ha configurado un nuevo gobierno con discurso e intenciones diferentes al precedente. De hecho, se ha ampliado el número de ministerios y de responsabilidades para estos. Sin embargo, tras ver la propuesta que hacía el Presidente, inmediatamente lo pensé: falta un Ministerio para la implementación y desarrollo de la cultura digital. Es posible que en sus diferentes ministerios, de una manera parcial, se recoja algo de todo esto (aspectos relacionados con la economía digital, con la transformación digital de la sociedad, etc.) pero entiendo que era el momento adecuado para determinar qué valor y/o prioridad se le da desde el nuevo gobierno a algo que nos hará más o menos competitivos como sociedad: la cultura digital.
No hay ni tiempo ni espera posible para implementar la cultura digital en todos los ámbitos de nuestra sociedad y el problema que estoy percibiendo es que esta cultura está llegando de forma parcial, a destiempo y/o fraccionada, a nuestra sociedad.
Con el tema digital se está utilizando un libre albedrío en cuanto a su implantación, que en absoluto es positivo. No es menos cierto que existen organismos a quienes les preocupa y ocupa el tema, pero funcionan de forma poco coordinada, sin un plan conjunto y con acciones reactivas al ritmo de las peticiones que se les hacen, con lo que los resultados están siendo algo que en absoluto creo que beneficia a España, que no es otra cosa que el hecho de que se está fomentando una economía asimétrica entre quienes están aprovechando los beneficios de lo digital y el resto. Se está propiciando por ende ciertas desigualdades no sólo entre empresas al mismo nivel competitivo, sino entre personas dependiendo de en qué empresa trabajen.
La calidad de servicios de los ciudadanos que acceden a lo digital no son los mismos que los que no los desarrollan. En definitiva: la implantación de lo digital está creando una sociedad más desigual, desequilibrada y asimétrica en función a quién y cómo utiliza todo lo relacionado con lo digital, quién ha interiorizado esta cultura digital y quién no.
Esta desigualdad irá a más si no se retoma y remedia la situación. Esta es la justificación de porqué he empezado hablando de cómo echo de menos un ministerio de lo digital que se encargue de la coordinación, de la potenciación, del control de la implementación de lo digital en nuestra sociedad. Y pienso esto pues creo que es prioritario, estratégico y decisivo para el presente y el futuro de España.
Se habla de la necesidad de la transformación digital que precisan nuestras empresas, con lo que estoy rotundamente de acuerdo, pero esa transformación, si no va coordinada en tiempo y conocimiento con una transformación digital de la sociedad, se traducirá en plantear dos velocidades para la sociedad, lo que que tendría efectos muy negativos. Es por ello que se debe encargar a un organismo, creo que de carácter público -además de haber una voluntad política generalizada y convencida-, que se involucre en crear una transformación digital de la sociedad sin esperar a que se haga de forma espontánea, sino que se realice de forma planificada, organizada y controlada para que las oportunidades que va a generar esta nueva cultura sean accesibles a todos los estratos de nuestra sociedad. De no ser así, como siempre, habrá unos ciudadanos privilegiados y otros sometidos, en función de su relación con la digitalización.
Creo tanto en esto que os comento, en esta necesidad que poseemos y que se está haciendo tan evidente, que ya los máximos responsables de los colectivos socioeconómicos de Sevilla tienen en su poder un proyecto que he diseñado para la creación de manera conjunta de un organismo con esta misión: hacer que la provincia crezca de manera coordinada y competitiva con una cultura digital, haciéndola accesible para todos y utilizable por todos. Os comentaré resultados de esta iniciativa. Creo que esto sería muy interesante plantearlo a nivel nacional, pero…
Como todo en la vida, los cambios (que es lo único estable que sabemos que sucederá) siempre suponen oportunidades o amenazas, depende de cómo se actúe en los escenarios que éstos provocan. No acometer lo digital como algo para conseguir oportunidades supondrá generar todas las amenazas que podamos imaginar para nuestra sociedad, por lo que creo que toca actuar ya y no de cualquier manera, sino sabiendo dónde queremos llegar para que aparezcan todas esas oportunidades y hacerlas accesibles para todos/as.
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Rafael Cera es Psicólogo Industrial, MBA Executive, Diplomado en Internet y Comercio Electrónico y Master en Dirección y Gestión de Recursos Humanos, además de estar certificado en Inbound Marketing. Su misión es aumentar la competitividad de empresas y personas.
Es responsable del diseño y desarrollo de buen número de proyectos de mejora y de soluciones para organizaciones y personas.
Ha desarrollado puestos directivos, responsable de planificación estratégica en empresas privadas, responsable de proyectos para la empresas privadas y públicas, auditor de proyectos internacionales de desarrollo local, así como consultor experto. Diseña e imparte programas formativos y publica en múltiples medios especializados de marketing, management, ventas, alta dirección, competitividad e innovación. En 2012 fue nominado como mejor profesor de management del mundo por “The Economist”. En 2015 fue nominado al premio nacional españoles “Hechos de talento” en la categoría de negocios y management por ESIC y Clear Channel.
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