En plena era digital, para muchas empresas resulta complicado seguir el cambio que impone el mercado. La forma en la que los clientes compran los productos y/o servicios se transforma constantemente y, además, la competencia no para de crecer en todos los sectores de actividad.
Las tecnologías digitales son las mejores aliadas de las compañías para adaptarse al cambio y optimizar los procesos. La transformación digital se ha convertido en obligatoria para las organizaciones que quieran sobrevivir. Las empresas deben digitalizarse, y para ello la formación en herramientas digitales es fundamental.
Una de las competencias más demandadas y valoradas por las compañías en la actualidad es la ciberseguridad, entendiendo como tal al conjunto de procedimientos que garantizan la seguridad de los archivos digitales. El objetivo prioritario es detectar y detener las amenazas externas. Teniendo en cuenta que más del 80% de los ciberataques se deben a errores humanos, la formación en ciberseguridad es clave para toda la plantilla.
Los clientes son el eje central de los negocios, de forma que las empresas valoran mucho a los empleados con habilidades para una atención al cliente exitosa. Los trabajadores deben aportar soluciones y ser empáticos, de tal forma que los clientes estén plenamente satisfechos no sólo con el producto y/o servicio adquirido, sino también con la experiencia.
En plena era de la información, las organizaciones deben prestar especial atención a los conocimientos digitales para integrarlos en su estrategia de marketing y acceder a nuevos mercados. Las estrategias no sólo para captar, sino también para fidelizar a los clientes, son clave.
Todos los empleados tienen que ser capaces de buscar, captar y gestionar información de interés. La gestión de la información sólo es efectiva si se obtiene de fuentes relevantes para el sector por su calidad y fiabilidad.
En la actualidad, existen multitud de alternativas para actualizar las habilidades y competencias digitales de los empleados. Para obtener los resultados deseados, hay que elaborar un plan de formación, fijando una serie de objetivos y propósitos a corto y largo plazo.
La formación digital, o digital learning, ofrece una mayor flexibilidad en el uso de distintas modalidades pedagógicas y, además, permite acceder a diferentes tipos de soportes formativos. También existe la posibilidad de crear lo que se conoce como formación blended, esto es, una combinación de enseñanza online y presencial, cuyo valor añadido para la empresa es muy alto.
Linkedin es la red social profesional por excelencia. Recientemente ha lanzado la herramienta Linkedin Learning, que cuenta con un abanico muy amplio de cursos de formación en diferentes campos. Muchos de ellos son impartidos por expertos de prestigio en cada una de las materias.
Las empresas pueden contratar a profesionales o consultores especializados. En casos concretos, una sesión de una semana de duración puede ahorrar meses de trabajo y llevar al negocio al siguiente nivel. El asesoramiento siempre se adapta a cada caso concreto.
El Big Data hace referencia a un conjunto de datos cuyo volumen, velocidad y variabilidad impiden su gestión y procesamiento a través de los sistemas tradicionales. La complejidad del Big Data se debe en gran parte a que muchos de los datos generados por las nuevas tecnologías no están estructurados.
Para las empresas, el Big Data resulta de gran utilidad porque ofrece respuestas a cuestiones que ni siquiera se habían planteado. Al transformar los datos en información de valor, las organizaciones tienen un punto de referencia para identificar nuevas oportunidades en el mercado y anticiparse a las necesidades de su público objetivo.
Las grandes tecnologías de datos y el análisis basado en la tecnología en la nube aportan grandes ventajas a las empresas en términos de costes operativos. Con la capacidad para evaluar las necesidades de los clientes y la satisfacción, gracias a la analítica Big Data las compañías pueden anticiparse a las necesidades de sus clientes y desarrollar productos y/o servicios para satisfacerlas.
Las características especiales del Big Data hacen posible el análisis y la gestión de enormes volúmenes de datos que provienen de distintas fuentes. Los datos cambian a gran velocidad, lo que provoca que tengan una validez muy corta. Por este motivo, las compañías requieren soluciones con un alto poder de procesamiento.
De lo contrario, el análisis basado en datos puede dar lugar a decisiones erróneas.La gestión de datos también ha ganado relevancia a medida que las organizaciones están sujetas a un número cada vez mayor de normas, como el Reglamento General de Protección de Datos.
Imágenes: Unsplash y Freepik
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