Perfect match o combinación perfecta…
Esto es algo que buscamos siempre: en la ropa o zapatos que nos ponemos, en la comida o bebida que pedimos,… pero sobre todo, cuando buscamos pareja. Buscamos que la persona encaje con nuestros gustos, nuestras aficiones, nuestra manera de pensar y de hacer las cosas… no se trata de que sea exactamente igual a nosotros, para nada, sino que encaje justo como las piezas de un puzzle.
Sin embargo, esto no es tan fácil. A veces, la pieza es más grande o más pequeña o tiene una forma “extraña” que no encaja con nosotros… y nos desesperamos, y seguimos buscando. Y muchas veces, con demasiada frecuencia, resulta que no buscamos dónde debemos o bien no tenemos claro qué es exactamente lo que buscamos.
Pues bien, si este símil sobre combinación o encaje perfecto lo trasladamos al mundo empresarial, ocurre exactamente lo mismo.
Speed Java Date y cómo #TICNegocios apoya al #Talento #Digital
Actualmente casi no quedan puestos de trabajo donde no sea necesario tener conocimientos y/o competencias digitales que permitan optimizar tiempos y obtener resultados más fiables. Sin embargo, cuesta (y mucho) encontrar ese encaje perfecto entre candidato y empresa.
¿Por qué?
Vayamos por partes.
Según el Ministerio de Educación y Formación Profesional, “Competencia Digital es aquella que implica el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la inclusión y participación en la sociedad.
Requiere de conocimientos relacionados con el lenguaje específico básico: textual, numérico, icónico, visual, gráfico y sonoro, así como sus pautas de decodificación y transferencia.
Esto conlleva el conocimiento de las principales aplicaciones informáticas. Supone también el acceso a las fuentes y el procesamiento de la información; y el conocimiento de los derechos y las libertades que asisten a las personas en el mundo digital. Igualmente precisa del desarrollo de diversas destrezas relacionadas con el acceso a la información, el procesamiento y uso para la comunicación, la creación de contenidos, la seguridad y la resolución de problemas, tanto en contextos formales como no formales e informales.
La persona ha de ser capaz de hacer un uso habitual de los recursos tecnológicos disponibles con el fin de resolver los problemas reales de un modo eficiente, así como evaluar y seleccionar nuevas fuentes de información e innovaciones tecnológicas, a medida que van apareciendo, en función de su utilidad para acometer tareas u objetivos específicos”.
Y visto esto, ¿existen candidatos suficientemente preparados en competencias digitales para cubrir la demanda de las empresas? ¿Están las empresas preparadas para recibir y fidelizar a dichos candidatos?
Pues es precisamente ahí donde está la clave del “match”.
Según un estudio del IESE, el 72% de las compañías tienen problemas para cubrir sus vacantes porque no hallan perfiles formados en sus necesidades. Y no por falta de candidatos, sino porque estos no tienen la formación que necesitan.
Muchas empresas coinciden en señalar que existe un desencuentro entre la formación que reciben los jóvenes y los perfiles que ellas necesitan para incorporar a sus equipos. Es la famosa brecha entre educación y empleo.
Según diversos estudios, existen varias razones. En primer lugar, tenemos problemas estructurales en el sistema educativo que inciden en esta situación, entre los cuales destacan:
Por otro lado, la tecnología ha actuado como un factor multiplicador del efecto de estos problemas. El proceso de digitalización en el que se encuentran inmersas muchas empresas, grandes y pequeñas, ha cambiado en muy poco tiempo el tipo de perfiles que buscan las compañías. Ahora necesitan profesionales capaces de llevar a cabo ese proceso de transformación. Así, se lanzan a la caza de desarrolladores web, expertos en big data, profesionales de la ciberseguridad… para encontrarse con que el sistema educativo y la oferta formativa no se mueven al mismo ritmo que sus necesidades.
Aquí entran en juego organismos como las Cámaras de Comercio o diversas Asociaciones o Fundaciones, como Fundación Telefónica, que organizan y coordinan cursos intensivos de formación en Competencias Digitales.
Dichos cursos o talleres suelen muy concretos, específicos y eminentemente prácticos. En ellos, los alumnos no sólo refuerzan sus Competencias Digitales básicas:
Sino también aquellas Competencias Digitales más demandadas por las empresas:
Estos organismos también forman a los alumnos en las llamadas soft skills, pues no podemos perder de vista que, la curiosidad, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, las habilidades comunicativas, la capacidad de adaptación al cambio y el aprendizaje constante sustentan y son la base del conocimiento de cualquier otra competencia.
La clave está en estrechar cada vez más la colaboración entre los centros educativos y las empresas. Actualmente, la relación entre empresa y universidad se restringe a entablar relaciones institucionales y articular la incorporación de alumnos en prácticas. Sin embargo, se trata de ir un paso más allá.
Es fundamental que las empresas adquieran un papel más activo, no sólo ser meros receptores de los jóvenes que salen formados del sistema educativo, sino participar de todo el proceso, dado que son las que mejor conocen los perfiles profesionales que se necesitan.
Puedes visitar nuestro catálogo de cursos aquí. Y nuestro apartado sobre talento en este otro enlace.
Esperamos que sea de utilidad.
Referencias:
Publicación escrita por Patricia Sánchez
Licenciada en Psicología, Máster en Dirección de RRHH y Organización y experta en Transformacion Digital, lleva más de 17 años dedicándose al maravilloso y difícil mundo de los Recursos Humanos.
Ha trabajado en departamentos corporativos de grandes empresas, lo que me le han brindado la oportunidad de tener una visión muy global del negocio. De este modo ha podido desarrollar funciones en formación, selección, desarrollo, compensación, …
Actualmente imparte clases en el Programa PICE de la Cámara de Comercio de Sevilla.
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