El modelo híbrido que combina el trabajo en remoto con el de la oficina presencial se está imponiendo a gran velocidad. La pandemia que lleva un año cambiando la vida de las personas ha golpeado con la misma fuerza que lo ha hecho al mundo a las empresas.
Ese lugar en el que se produce y gestiona un producto o un servicio ha dejado de ser seguro para toda la plantilla. Se ha llegado a un punto de no retorno que incide en la factura de empresa, trabajador y producto.
Las empresas han cerrado sus puertas durante semanas o meses, aquellas que no sean consideradas esenciales habrán tenido que trasladar su forma de trabajar a las casas. El teletrabajo o trabajo en remoto se ha acelerado en los últimos tiempos. Una opción que parecía estar lejana en el tiempo ha acabado siendo la alternativa viable para muchos empresarios.
Los tiempos han cambiado y el modelo híbrido permite que el trabajador pueda trabajar desde casa a excepción de algunos puntos o días.
Este modelo idílico de trabajar no es apto para todas las empresas, algunas se adaptarán y otras tendrán más problemas para implementarlo.
No todos los sectores están preparados para trabajar en remoto o en híbrido. Las empresas además de estar listas a nivel tecnológico lo deben estar a nivel personal. Las personas que forman los equipos de trabajo son claves para poder implementar un futuro productivo próspero. Trabajo híbrido o remoto, todo es posible con algunas condiciones.
Según el IDC en 2022 un 35% de las empresas invertirán en inteligencia artificial para poder realizar su trabajo online o de forma eficiente. La competitividad entre las diferentes empresas hace que sea necesario adaptarse al modelo híbrido lo más rápidamente posible para no afectar a sus clientes o productividad.
Una oficina a distancia o física tiene su razón de ser en una tecnología adecuada. Pero también en un personal formado para esta tarea. La figura del coach o del líder del equipo es fundamental para conseguir que nada falle. La producción y las tareas se deben desarrollar de la misma forma en directo o a distancia.
El futuro de las oficinas híbridas es el modelo que siguen grandes empresas.
Algo que hace unos años era casi imposible, solo al alcance de unos pocos ha acabado siendo una necesidad, una forma de supervivencia.
El liderazgo y la autonomía de cada uno de los empleados será un modelo que deberá implementarse en las oficinas híbridas, en este aspecto la selección de personal es vital. No vale cualquier trabajador para un trabajo en remoto o híbrido. Adaptar esta pieza fundamental del modelo productivo, es decir, el propio trabajador es el reto del futuro.
Una asignatura, de igual forma que ha llegado la de emprendedora que sea capaz de enseñar a trabajar a distancia. No todo el mundo puede hacerlo, es más que probable que solo aquellos que sepan adaptarse puedan sobrevivir en este modelo.
Las empresas necesitan trabajadores autónomos que demuestren su valía, la inversión capital más importante es en la formación de estas personas y en dotarlas de las herramientas tecnológicas para desarrollar su trabajo.
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