Los datos son un tesoro en el siglo XXI, la información es poder. En esta nueva era que hemos entrado hay factores que marcan la diferencia. El Big Data es algo que puede cambiar para siempre el tejido empresarial tal como lo conocemos.
Las personas pueden encajar en el perfil del consumidor en función de unos datos que las empresas pueden adquirir. Atrás quedarán las campañas de publicidad que se realizaban por segmentos.
Llegar al consumidor, gracias a estos datos que se recogen de cada movimiento online de los usuarios puede ser clave. Las cookies o el rastro que se deja en un mundo virtual que cada vez engloba a más empresas u personas.
Compartir datos puede acabar siendo la estrategia ganadora para cualquier empresa.
Las empresas en este mundo digital tienen en los datos su mejor arma. Son los responsables de que tengan una herramienta clave para poder interactuar con los clientes que en definitiva podrán ser los que dirijan todas las atenciones personalizadas.
Una atención que es la que en un mundo cada vez más virtual la clave principal del éxito.
Adoptar medidas publicitarias adecuadas, adelantarse o crear una demanda, todo es posible si se tienen los datos necesarios para conseguirlo. Con la mirada puesta a ese futuro en el que los recursos se optimicen al máximo.
Los datos son poder y representan la mejor manera de poder adecuar todos los esfuerzos de la empresa en una dirección concreta. Se lucha una y otra vez para poder obtener algunos beneficios inesperados que puedan llegar de mano de este mundo virtual capaz de afinar al máximo la compra.
Este escaparte virtual está codificado, son los datos que pueden compartir las empresas los que se van traduciendo en esas personas que pasan por las calles, aunque sean virtualmente.
Invertir en seguridad, algo que quizás no se vea, pero está presente, es algo que todas las empresas están empezando a ser. La nueva era en la que el big data y el sharing forman parte de nuestro día a día marcarán el éxito o el fracaso.
Toda empresa deberá conocer estos conceptos que han llegado a gran velocidad para quedarse. El big data y el sharing cobran importancia a medida que nos adentramos en la era digital.
Big data es en esencia: “Una cuantía de datos, tan sumamente grande, que las aplicaciones de software de procesamiento de datos que tradicionalmente se venían usando no son capaces de capturar, tratar y poner en valor en un tiempo razonable.”
Por eso, se realiza un análisis de datos, es decir, sobre la base de grandes masas de información se realiza una selección que es en definitiva lo que le dará más valor a este big data que hemos escuchado en numerosas ocasiones. La importancia de este análisis es lo que acabará marcando un antes y un después.
El sharing es esta capacidad de compartir datos para sacar el máximo beneficio. Obteniendo unos datos organizados que puedan ayudar y dar valor añadido a este big data que estará tratado con el objetivo de beneficiar a determinadas empresas.
Una compartición que marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso de una buena estrategia comercial.
Es esta información que se clasifica no solo a través de la inteligencia artificial, también las personas que tratan estos datos es lo que acabará marcando un antes y un después.
Las estrategias de éxito se empiezan a crear a través de una semilla que llega con el análisis del big data. Se empezará a crear una nueva forma de trabajar con ellos, gestionarlos y entenderlos para poder ser lo más útiles posibles para la mayoría de las empresas. Se está intentando obtener una serie de beneficios que pueden ir en aumento a medida que el sharing y el big data acaben formando parte del día a día de los empresarios y la administración.
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